Jugar no cuesta nada

 En un lejano pueblo descansa la Dorita (Maria Marull) en su módica habitación de la casa en la que es empleada doméstica y en la que se ocupa prácticamente de todo. Así inicia la acción, en ese mismo instante se despierta porque desde afuera de la escena se oye una voz en off que la llama, es un viejo amor que vuelve para reconquistar. Dorita está cansada de todo y de todos, quiere algo mejor para su vida y está cansada de las falsas promesas.

 Cual Cenicienta provinciana es buscada por ese amor que es el hijo de Cacho (Ezequiel Rodríguez), un pseudo príncipe campesino que está decidido a dar todo por ella. Pero no están solos, también se encuentra su jefa, el hermano que es un hombre particular, la hija Natalí (Micaela Vilanova) y su amiga Rita (Agustina Cabo) que vive justo enfrente.

 Durante la partida de la jefa del hogar, los cuatro vivirán un sin fin de peripecias que nos llevan al litoral, al costumbrismo, a cuando éramos pequeños y no podíamos hacer nada sin ser acompañados por un adulto. En este caso las niñas son fundamentales para el desarrollo de la pieza, ambas marcan el tiempo en la obra jugando a ser otros personajes dentro de la ficción. Además, el príncipe gracias a la ayuda del mundo fantasioso brindado por las niñas podrá retornar con firmeza por el amor de Dorita.

 La escenografía se resuelve como un espacio superpuesto y mutable donde la imaginación cobra un valor importante. Así mismo, la perfecta labor de la música y la iluminación subrayan atmosferas mientras que se suceden otras escenas que terminan cobrando importancia al finalizar el momento de fantasía.

 Todo el elenco tiene su momento de protagonismo, todos con enorme energía disfrutan y suavizan los momentos difíciles, pues, le encuentran una solución a lo que parece imposible. La voluntad incansable de las niñas que no pararan hasta conseguir que la pareja termine junta y felíz. Por más que eso los  requiera “educar” a un hombre ya maduro, a ser casi un príncipe.

 Puede decirse, que Yo no duermo la siesta es como un cuento de hadas que desarrolla una historia de amor ubicado por nuestro pagos y a partir de eso nos invitan a recordar un sistema simbólico conocido por todos.

 


Ficha técnica

Dramaturgia: Paula Marull / Actúan: Mauro Alvarez, Agustina Cabo, Laura Grandinetti, Sandra Grandinetti, Luciana Grasso, María Marull, Marcelo Pozzi / Vestuario: Jam Monti / Escenografía: Jose Escobar, Alicia Leloutre / Iluminación: Matías Sendón / Diseño gráfico: Natalia Milazzo / Asistencia general: Daiana Longoni, Santiago Rodríguez Durán / Prensa: Carolina Alfonso / Supervisión dramatúrgica: Javier Daulte / Coreografía: Silvia Gomez Giusto / Dirección: Paula Marull.

ESPACIO CALLEJÓN (Humahuaca 3759 ,CABA) / Entrada: $ 300,00 – Jueves – 21:00 hs – Hasta el 27/09/2018