Esta semana las redes se llenaron de homenajes a una mujer, una actriz famosa, musa inspiradora de reconocidos directores, que también incursionó en el teatro y la televisión. Ella es Gena Rowlands, quien cumplió 90 años el pasado viernes. Una gigante, una mujer esplendorosa y fuerte, poseedora de ese tipo de bellezas que traspasan la pantalla. Fue actriz de Hollywood pero también del cine americano independiente. De la mano de su esposo, el director John Cassavetes, realizó dos performances que fueron consideradas por crítica y espectadores como las más importantes de todos los tiempos. Gena Rowlands brilló en Una mujer bajo influencia (1974) y Opening Night (1977), interpretando a Mabel Linghetti y Myrtle Gordon, respectivamente. Dos interpretaciones estremecedoras que siguen vigentes hasta el día de hoy.
Virginia Cathryn Rowlands, su verdadero nombre, nació en Madison, Wisconsin (EE.UU), el 19 de junio de 1930, sus primeras apariciones en cine fueron con The High Cost of Loving (José Ferrer, 1958) y Shadows (John Cassavetes, 1959). Hizo mucha televisión; durante 1962 y 1964 apareció en varios capítulos de The Alfred Hitchcock Hour, para luego dedicarse durante las dos décadas siguientes a trabajar codo a codo con su marido (hasta su muerte en 1989). Luego trabajó bajo las directivas de Woody Allen, Jim Jarmusch, Gerard Depardieu, y su propio hijo, Nick Cassavetes.
Gena ha dicho en varias oportunidades que admiraba a Bette Davis, con quien trabajó en Strangers: The Story of a Mother and Daughter, una TV Movie de 1979 dirigida por Milton Katselas. En una entrevista comentó: En aquellos tiempos, lo que se esperaba de las mujeres era que fuéramos dulces y obedientes. Justo lo que menos me interesaba a mí. Y Bette Davis siempre hacía personajes que mordían. Gena también admiraba a Jeanne Moreau, otra de esas actrices que traspasaban la pantalla, no solo por su belleza sino por su posicionamiento frente a la vida, de anteponer fielmente sus carreras artísticas antes que reducir sus vidas solamente a casarse y tener hijos.
En Una mujer bajo influencia (A Woman Under the Influence), la protagonista, Mabel Linghetti, es una mujer casada, con tres hijos y un aparente desequilibrio emocional. Su marido es Nick, interpretado magistralmente por Peter Falk, un hombre que trabaja en la construcción y tiene como obligación ser el jefe de familia y “mantener a su mujer a raya”. Esa sería una especie de sinopsis reduccionista de todo lo que engloba la tesis de la película. Hay una sociedad heteronormativa y patriarcal que obliga a las personas, sobre todo a las mujeres, a actuar bajo la influencia de cómo debe ser la institución matrimonial-familiar, no dejando lugar ni entendiendo las ansias de libertad de una mujer que se siente encerrada en ese tipo de convencionalismos. En un momento Mabel les dice a sus tres hijos: “lo único importante que hice en mi vida fue tenerlos”. Para todos Mabel está loca, para mí los locos son ellos; el marido y las correspondientes familias: madres y suegras incluidas. Cada personaje tiene que cumplir un rol dentro de la sociedad-familia, la mujer confinada a la casa y al cuidado de los hijos, mientras que el hombre es el encargado de traer el pan y mantener a su mujer lo más cuerda posible para que nada se desmorone.
En palabras de John Cassavetes:
Este film trata de los problemas muy serios que se plantean a un hombre y a una mujer que se encuentran alienados cada uno en su relación con el otro por influencia del entorno, que ignoran todo de sus problemas, y que son, sin embargo, muy amantes. Creo verdaderamente que todas las mujeres están locas. Se han vuelto locas a fuerza de actuar un papel que no logran asumir. Los hombres están locos también, desde luego. La sociedad no les deja nada en común a los hombres y las mujeres. El problema principal de Mabel es que ella carece de yo. Ella hace todo lo necesario para complacer a quien sea, pero no a sí misma… Hasta la última escena del film ella se encuentra verdaderamente bajo la influencia de Nick y de su familia. Bajo la influencia de su suegra, del amor por su madre que no la ama… Bajo la influencia de un padre que la ha desheredado por su casamiento y porque él la ha ofrecido a su yerno.
La idea de la película surgió de la propia Gena Rowlands la cuál le comentó a su marido que tenía ganas de interpretar un personaje femenino en el que estuvieran presentes los dilemas, problemas e inquietudes de la mujer en los años setentas.
En Noche de estreno (Opening Night), la protagonista es Myrtle Gordon, una actriz con problemas de alcohol en medio de una crisis personal y profesional comienza a desmoronarse. En esta película nos encontramos con otra temática femenina latente: el paso del tiempo y el ser juzgada por vivir la vida como se le dé la gana: no casarse ni tener hijos, dedicar su vida al teatro, su verdadera vocación. Pero la obra que tiene que interpretar habla de esto, de cuando a la mujer se le pasa el tiempo, de estar cursando la mediana edad, ya pasó los 40 años y todavía no encontró el amor ni formó una familia. Pero Myrtle se resiste a la tesis de la obra, le parece arcaica y si se deja ver así arriba del escenario se le termina la carrera y en definitiva, su propia vida.
Myrtle dice que le falta esperanza al texto dramático y que ella piensa interpretar el papel sin que importe la edad. Esa es su declaración de intenciones. Myrtle llega borracha a la noche del estreno en Nueva York pero se levanta sola y da una de sus más alocadas pero mejores interpretaciones arriba del escenario y como mujeres sentimos la necesidad de aplaudirla, abrazarla y decirle gracias.
Gena Rowlands dijo en varias oportunidades “Las mujeres estamos aplastadas por el peso de la convención, que distribuye nuestros roles como mujeres y como actrices. La convención pide que la mayor parte de esos personajes requieran poca potencia física, cosa rara ya que estamos obligadas a esfuerzos corporales tan extremos como tener hijos”.
Cuando vió el homenaje que le había hecho Pedro Almodóvar en “Todo sobre mi madre” (1999) se emocionó muchísimo, ya que al final de la película el director manchego incluyó la placa:
A Bette Davis, Gena Rowlands, Romy Schneider… A todas las actrices que han hecho de actrices, a todas las mujeres que actúan…
En relación no sólo a la película Opening Night sino también a todas esas actrices que mezclan en sus formas de actuar tanto feminidad como dureza de una manera que se nos vuelve indelebles.
El mismo viernes de su cumpleaños el canal TCM pasó estas dos películas como forma de homenajear a esta grandiosa mujer. En el sitio Zoowoman, se puede ver on line “Una mujer bajo influencia”.
Casi todos tendrán un instante en su touch de gloria
Llegaremos en jeep, llegaremos a la ciudad
No me gustar cantar
Yo me muero con Gena Rowlands
Y los monos están devastando este lugar…
(Fito Paéz, Circo Beat)