Por Mariana “Jaqui” Ramirez
Alejándome del bullicio del circuito off, me aventuré a una función de teatro independiente en una casa ubicada sobre la calle Biarritz, entre los barrios de Villa del Parque y La Paternal. Como habitante de La Boca, estos barrios me resultan completamente ajenos. En mi camino hacia su descubrimiento, una mezcla de emoción y nerviosismo me invadía mientras me adentraba por sus calles desconocidas. La adrenalina crecía en mí hasta que llegué al lugar de la función.
Una Casa en Biarritz es una obra de teatro inmersiva que se desarrolla en una casa real, un lugar maravilloso. La propuesta, es sumamente original, elimina la tradicional platea e invita al espectador a ser un privilegiado dentro de ese hogar. A lo largo de la obra, y por momentos designados al azar, cada asistente sigue a uno de los personajes a través de la casa. De esta manera, cada espectador obtiene una perspectiva única de la historia, dependiendo al personaje que debe seguir.
Esta experiencia cercana y única, completamente irrepetible, permite al espectador ser partícipe de una cena familiar. Cada personaje tiene su propia historia para contar, dentro de una familia con múltiples complejidades. El hecho de tener acceso a una sola versión de los hechos invita a hilvanar parte de este intrigante culebrón familiar.
Una Casa En Biarritz, el final de una cena familiar.
Los temas que se abordan son universales: la familia, las relaciones de pareja, los tabúes sobre la homosexualidad y las mentiras que, en mayor o menor medida, envuelven a todos. De esta manera, el elenco, conformado por cuatro talentosos y arriesgados actores: Catherine Biquard, Wenceslao Blanco, Hernán Herrera Nobile y Maxi Sarramone, conectan con el espectador de manera más profunda, desafiándolos y generando emociones genuinas.
Esta obra me hizo reflexionar sobre lo que implica ser un artista de teatro independiente. Enfrentar múltiples riesgos y convertirse en un agente valiente y transformador. Es por esos caminos que transita esta obra, dado que, explora un espacio diferente en el que van experimentando en cada escena.
El director Martin Caminos, en trabajo conjunto con Catherine Biquard (quién también interpreta a uno de los personajes), ideadora y directora general, son los que toman el riesgo y transforman la casa en escenario, asumiendo la responsabilidad de crear, producir y gestionar el arte teatral de una manera alternativa.
Una Casa en Biarritz es una propuesta teatral diferente y reflexiva. Me atrevo a decir que no necesito ver la otra cara de la obra (aquella que mi visión no pudo obtener) para declararla como mi nueva obra de teatro independiente preferida de este 2024.
Te recomiendo reservar tu entrada antes de que se agoten. Es importante apoyar el trabajo de estos artistas que, con su entrega y compromiso, enriquecen el panorama cultural. ¡No te la pierdas!
Ficha técnica:
Dramaturgia: Agustín León Pruzzo / Actúan: Catherine Biquard, Wenceslao Blanco, Hernán Herrera Nobile y Maxi Sarramone / Presentadora y Asistente: Dana Chacón / Voz en off: Eva Adonaylo / Actuación en video: Abián Vainstein / Coreografía: Gabriela Baratchart / Fotografía: Stella Oviedo / Gestión: Ania Vainstein y Patricia Bordenave / Puesta en escena y dirección actoral: Martin Caminos / Idea y dirección general: Catherine Biquard.
Funciones: viernes 21hs, sábados 19:30hs y 21:30hs. En Biarritz 2334, Caba.
Instagram: @unacasaenbiarritz Mail: unacasaenbiarritz@gmail.com
Entradas: https://www.alternativateatral.com/obra85882-una-casa-en-biarritz