Un instante sin Dios

Un instante sin dios

 Un encuentro de un representante de la fe católica y un empresario que decide realizar una donación importante a su iglesia. Con el supuesto fin de conocer humanamente a quién administrará el dinero, el empresario y el cura comparten  una cena. El joven adinerado le propone una conversación íntima en tono de confesión. Si bien esto no le agrada al sacerdote acepta aunque intentará en más de una oportunidad salir pero los artilugios y estrategias de su invitado no se lo permitirán. A medida que avanza la trama el espectador se convierte en testigo de algo que no comprende pero que lo atrapa inmediatamente. El diálogo se va espesando cada vez más, el público casi no respira para que nada interfiera en ese encuentro. La platea se convierte en una inmóvil montaña rusa de emociones que intenta develar las intenciones de cada uno. Una atmosfera aparentemente cordial se contamina paulatinamente de un clima casi insoportable. La mente del espectador quiere saber la verdad (ninguna de las opciones que pensé fue la correcta) Las palabras de los comensales se irán desnudando en un streptease casi macabro pero real hasta el raquítico silencio y suspiro final.

 Una resolución sorprendente clava la daga en el conflicto haciendo sangrar la metáfora tiñendo de rojo el pasado y el presente y entonces ves todo lo que lo que cuenta el empresario, ves todo, sos testigo, como si fueras un pequeño dios espiando por la mirilla del teatro.

 Un instante sin dios, es un impactante thriller que aborda la temática de la dialéctica victima victimario, que nos invita a la reflexión individual y social sobre la libertad humana.

 Arturo Bonin compone un sacerdote con el cual nos identificamos en sus fortalezas y debilidades, nos lleva admirar su dignidad, su coherencia. Compone un cura cercano con matices hasta emocionarnos con su interpretación final que nos hace comulgar su actuación en una misa interpretativa sin desperdicio.

 Nelson Rueda recorre todos los relieves expresivos, nos pasea con su actuación por la cornisa de las emociones, provocando un vértigo que oscila entre la ternura, la empatía, la bronca, y la compasión. Logra hipnotizar a la platea que sigue atenta cada detalle sutil y artesanal de la construcción de su personaje.

 Daniel Dalmaroni crea con su dramaturgia un mecanismo perfecto como un laberinto de espejos donde nos invita a pasar ofreciendo un mecanismo de signos para que el espectador arme su engranaje semántico. Nos tiene entre-tenidos haciendo que el tiempo dure un instante y a la vez la vida entera. La dirección, también de Dalmaroni, sigue el compás de la intriga latiendo la amenaza de comienzo a fin.

 Un texto con forma de acertijo, unas interpretaciones que te pasean por todos los matices. Nada es lo que parece. Parte de la historia argentina se metaforiza en un encuentro. Y un secreto que la memoria guardó como rehén del tiempo. El horror. La venganza. La necesidad de justicia. Un drama en forma de thriller y la primera producción de la Sala Nüm en el corazón de Villa Crespo un coctel que invita a anímense a vivir esta experiencia.


Ficha técnico

Dramaturgia: Daniel Dalmaroni / Actúan: Arturo Bonín, Nelson Rueda / Fotografía: Nacho Lunadei / Prensa: Varas & Otero / Producción general: Nün Teatro Bar / Dirección de arte: Marcelo Salvioli / Dirección: Daniel Dalmaroni.

NÜN TEATRO BAR Juan Ramirez de Velasco 419 (CABA) / Entrada: $ 300- Martes 21hs – Hasta el 30/04/2019.