Por Florencia Aroldi
Max Delupi y Beto Bernuez reunidos en el nombre del humor… político
Argentina duele. Nos desangramos. Argentina duele, se desangra en una hemorragia imparable de diputados traidores, los de siempre, pero con distintos apellidos, empleados de turno que tienen precio y no valor, y se desangra también en una hemorragia incontrolable con los de los apellidos de siempre funcionales al poder… Argentina está en peligro de extinción… en medio de tanto dolor… tenemos que resistir, tenemos que hacerlo, porque no podemos darnos el lujo de la derrota, tenemos que hacer la parada necesaria para cargar combustible en el alma, en el cuerpo, y seguir defendiéndola. Una de estas paradas es el arte, el teatro, el humor. Lugar invaluable de resistencia, lo saben bien los poderosos, por eso lo atacan, por eso lo quieren desaparecer. Nos quieren zombies, sin capacidad de reacción, ya lo dijo Galeano en su emblemática “Las venas abiertas de América Latina”.
Uno de estos espacios de resistencia cultural es ¿combatir la casta? ¡Con la tuya! La lucidez de Max Delupi, nos brinda, como siempre, una mirada aguda sobre este contexto, invitándonos a reírnos desde una reflexión sensible, personal, con sello propio, nos lleva hasta nuestra infancia, de una manera conmovedora para tratar de comprender un poco más esta actualidad.
Luego el tan esperado reencuentro: Thelma y Nancy, estas dos amigas de derecha, una de ellas casada con un peronista, que se juntan a tomar el té y a despellejar a todo lo que tenga algo que ver con el peronismo. Delupi junto a Beto Bernuez, no dan respiro a la platea que interviene a ratos con aplausos y carcajadas que quiebran todo intento de cuarta pared o de ficción. Es que la realidad habita a este espectáculo provocando a cada paso una fractura expuesta a la metáfora desangrándose de realidad. En este juego entre ser y no ser, se mueve este espectáculo tan necesario.
¿Combatir la casta? ¡Con la tuya! nos echa sal en estas heridas, arde, pero nos invita estar presentes, conscientes, despiertos. La risa es nuestra, no se vende, porque es una risa que expresa comprensión, reconocimiento, lucha, desacuerdo, y como decía Aristóteles en su capítulo 2 de La poética, (que “se perdió” en El nombre de la rosa, de Eco) la risa quita el miedo, nos libera de dogmatismos, nos sacude el cemento de la indiferencia, nos hace ponernos de pie y mirar a los ojos al que quiera implantar injusticia , la risa siempre nos dignifica y tiene efectos liberadores, mata al zombie en el que nos quieren convertir.
¿Combatir la casta? ¡Con la tuya! es un lugar propicio para no perdernos, para encontrarnos, para entendernos, para cuestionarnos, para escuchar reír a la platea y guardarse esas risas en la memoria, en el corazón, para transformarlo en acción, en lucha, en resistencia.
Gracias Max Delupi y Beto Bernuez.