A la espera de que se resuelva cómo será la modalidad del próximo Festival Internacional de Cine de Mar del Plata (presencial, on line o un formato hibrido), en la plataforma Cine.Ar están reponiendo varias de las películas que formaron parte de ediciones anteriores de dicho festival, entre ellas: Sueño Florianópolis (2018), la quinta película de la directora Ana Katz, co-escrita con su hermano Daniel, y protagonizada por Mercedes Morán, Gustavo Garzón y sus hijos, tanto en la ficción como en la vida real: Manuela Martínez y Garza Garzón.

Lxs protagonistas hacen un viaje a Florianópolis, Brasil, en la década del ’90 en un Renault familiar cargado de bártulos hasta el techo. Cada detalle de la puesta en escena nos remonta a nuestro imaginario colectivo, los viajes de veraneo en un auto destartalado y con un calor insoportable, así como los recuerdos de las rutas brasileñas, el cambio que nos beneficiaba a los argentinos (en alguna época), el portuñol, las reposeras destartaladas y llenas de óxido erosionadas por la arena, la clásica rivalidad argentino-brasilera y el short vs la zunga.

Con ésta película, Ana Katz nos regala 103 minutos de pura risa pero también de cierta nostalgia de una época y sobre todo de una forma de ironía tan característica de una directora que no solo me gusta sino que admiro desde su primera película El juego de la silla (2002), por su estilo y su forma de mostrar las dinámicas familiares —siempre disfuncionales— las relaciones de pareja y las formas de la maternidad sin ningún tipo de filtro.

Dinámicas familiares

En “El juego de la silla” (2002), Víctor, el hijo pródigo, vuelve a la casa familiar a pasar unos días junto a su madre, hermanxs, y una antigua novia, antes de volverse nuevamente a Canadá donde vive y trabaja desde hace unos años. La estadía resulta ser una verdadera pesadilla, en la que la madre le da una bienvenida llena de reproches, juegos de competición y momentos sumamente incómodos que como espectadores sufrimos con el protagonista. En “Los Marziano” (2011) los hermanos interpretados por Arturo Puig, Guillermo Francella y Rita Cortese son el claro ejemplo de las disputas, las envidias y las disfuncionalidades que atraviesan a casi todas las familias con diferencias no sólo económicas sino también ideológicas. En “Sueño Florianópolis” (2018) una familia de clase media hace un viaje a Brasil de vacaciones revisitando otro que hicieron unos años atrás, pero ahora los padres están “técnicamente” separados y los hijos, Sol (Manuela Martínez) y Julián (Garza Garzón) tratan de alejarse de la neurosis materna y paterna con ganas de vivir sus propias experiencias y sin tener que cargar con la mochila de una familia que ya está casi disuelta pero que ellos parecen llevar en su ADN más de lo que quisieran.

Juntos pero separados

En “Una novia errante” (2006), Inés (interpretada magistralmente por la misma Ana Katz) viaja junto a su novio, Miguel (Daniel Hendler) a Mar de Las Pampas. Son la típica pareja que desde el primero momento que aparecen sentados uno al lado del otro en el micro, están con caras largas, amargados, casi al borde de la ruptura. Inés le reclama a Miguel que no sea inconsistente, que madure, mientras él, sólo quiere dormir. Al llegar a destino, Inés se baja del micro pero Miguel se queda en su asiento dando por sentado una separación de la que ella no se dará por aludida mientras recorre errante el bosque y la playa de Mar de Las Pampas. En “Mi amiga del Parque” (2015) Liz (Julieta Zilberberg) es madre primeriza y mientras tiene que lidiar con el puerperio, su pareja está filmando un documental en Chile, muy lejos de acompañarla en un momento clave para cualquier mujer. En “Sueño Florianópolis”, Lucrecia (Mercedes Morán) y Pedro (Gustavo Garzón) cuentan con 22 años de matrimonio y sufren de incertidumbre sobre seguir juntos o divorciarse definitivamente, entonces el viaje familiar se convierte en una especia de salvavidas y un desafío para la pareja para ver si pueden sobrevivir a unas vacaciones, juntos, y al mismo tiempo separados, como una forma de no hacerse cargo de que cuando las cosas ya no van poco vale la pena insistir.

El otro Florianópolis

Lucrecia (Mercedes Morán) está por cumplir años en medio de las vacaciones, como regalo sorpresa conocerá la pasión a través de Marco (Marco Ricca), quien regentea la posada donde se aloja con su familia. Por otra parte, Pedro (Gustavo Garzón) también vivirá una historia con Larissa (Andrea Beltrao), la ex de Marco. Todos están separados pero revueltos y no faltará la ocasión para que Lucrecia le diga una y otra vez a su ex marido que “éste Florianópolis” no es el mismo de hace unos años, donde sus hijxs todavía eran niños y todos estaban “técnicamente” juntos. Mientras los sueños se convierten en una pesadilla absurda, las pesadillas (o sus propios miedos) se convierten en un nuevo sueño, en algo inesperado, en libertad en medio de tantas ataduras que tienen que ver con los mandatos familiares y tradicionalistas. “El otro Florianópolis” quizás aluda a una cierta idea de familia, un sueño compartido en el que todos lxs personajes puedan estar juntos y a la vez libres, tener un mejor pasar económico y ninguna mochila que cargar en medio de los morros y el mar.

*Este texto fue publicado en otra versión en la revista ContraTapa Web en noviembre de 2018.

Para ver

El juego de la silla y Sueño Florianópolis en la plataforma CINE.AR