Mi obra maestra

 Aunque parezca mentira, o bien, difícil de creer el arte es un negocio redondo para algunos y Mi obra maestra es la representación perfecta que sostiene el espíritu de la mercantilización del arte. La película es dirigida por Gastón Duprat, director conocido por sus trabajos anteriormente realizados con Mariano Cohn, que en esta oportunidad es productor.

 Esta comedia dramática arranca con un gran flashback que nos introduce a la historia de amistad de Arturo Silva y Renzo Nervi. En el medio el mundillo del arte, la crítica, las ventas de obras, un artista en decadencia, el nuevo arte moderno que es entendido y admirado por algunos y odiado por otros. Allí quedan dos generaciones que se chocan en este mundo globalizado y manejado por el capitalismo.

 Arturo Silva (Guillermo Francella) es el dueño de una importante galería de arte, un conocedor especializado en las diferentes estéticas y en la historia del arte. Silva se las ingenia para sacar adelante sus proyectos y a los artistas que de algún modo promociona.

 Renzo Nervi (Luis Brandoni) es el artista plástico en decadencia. Este personaje es un hombre mayor que lucha contra el sistema, el cual parece no importarle pero en las vueltas de la vida descubre que puede burlarse del sistema y servirse de eso como medio para escaparse del hueco en el que está inmerso.

 Con el fin de lograr diversas oportunidades en el mundo artístico Arturo y Renzo se convierten en socios. A partir de ese momento solo ellos sabrán cómo son verdaderamente los hechos que acontecerán luego de la internación de Nervi. Pero en todo doble siempre hay un tercero en cuestión que aparece para molestar y es representado por Alex (Raúl Arévalos). Este joven es un aspirante artista que se proclama admirador de Nervi y sigue a raja tabla sus pasos. Aparece de la nada a cada instante y desde un principio reclama la atención de su ídolo para finalmente descubrir el fraude cometido por estos socios. Podemos afirmar que a veces lo que parece malo termina funcionando a favor. Justamente, el mundillo artístico sabe muy bien utilizar a su favor los escándalos y excentricidades de los artistas como en este caso que termina beneficiando A Silva y Nervi en el valor del mercado de las obras que eran tomadas de menos para pasar a cobrar un valor de culto.

 El elenco está conformado por dos grandes actores argentino: Brandoni y Francella, sus actuaciones son excepcionales produciendo dos personajes bellísimos de ver en la gran pantalla. Ambos se lucen por sí mismos, primero su modo de proceder genera incertidumbre y de repente causan un giro inesperado que nos lleva a quererlos y ponernos de su lado. Su amistad despierta mucho cariño, pues, el personaje de Arturo Silva, interpretado por Francella, nunca duda en ayudar a su amigo, siempre está presente en la vida de Nervi.

 Por su parte, el sobresaliente guion es escrito por Andrés Duprat, hermano de Gastón y director del Museo Nacional de Bellas Artes. Un hombre completo inmerso en el mundo de las artes que presenta un guion astuto, repleto de indicios que engañan y sorprenden a los espectadores con cambios temporales que refuerzan los clímax creados a lo largo del relato.

 Sin lugar a dudas esta película es una obra maestra de Gastón Duprat que merece ser vista. No caben dudas que Mi obra maestra es una radiografía de la argentina, de lo que somos y de cómo nos comportamos frente a nuestros pares.


Ficha técnica

Mi obra maestra (2018)

Dirección: Gastón Duprat / Guion: andrés Duprat /Fotografía: Rodrigo Pulpeiro. / Edición: Annabella Lattanzio. / Elenco: Luis Brandoni, Guillermo Francella, Raúl Arévalo, Andrea Frigerio, María Soldi.