Dark es la serie número 1 en la plataforma de series Netflix. Esta serie condensa las inquietudes sobre el origen del tiempo. En los primeros minutos parece una serie del montón, hasta que, la tranquilidad que nos muestra de un pueblo chico y tranquilo se desestabiliza.
La atención es captada cuando uno de los personajes desaparece, el mismo será el responsable de unir la vida de cuatro familias, ya que, todo está conectado. No hay ninguna certeza de donde podría estar, solo algunos de datos sueltos y la sospecha que recae en las cuevas del bosque. A partir de eso, se vuelve a cuestionar la desaparición de Mads Nielsen en 1986 (hace 33 años antes) hermano de Ulrich Nielsen (Ludger Bokelmann), y casualmente, es el padre del actual desaparecido.
Todos lo buscan: la policía, los familiares, los vecinos, pero nadie logra dar con él, y si cuestionamos la pregunta que el mismo Mikkel (Daan Lennard Liebrenz) le hace al padre horas previas a su desaparición, la pregunta no sería ¿cómo?, sino, ¿cuándo?. Cada uno inicia una investigación, en la que se dan revelaciones de diferentes tiempos, tres décadas se unen: pasado, presente y futuro. Todas estas investigaciones dejan al descubierto las mentiras y las relaciones rotas que hay en Winden.
Los creadores de esta joya son: Baran bo Odar y Jantje Friese, ellos nos invitan a un juego del tiempo donde el pasado influye en el futuro y viceversa. La narración es muy fuerte en Dark, pero las imágenes junto con la música obtienen un rol casi protagónico. Pues, ambas son excepcionales cuentan y construyen la historia con luces que se prenden y apagan, acompañando cada escena para agigantar el relato e incrementar la psicología de los personajes que se modifican según el tiempo en el que estén.
Posiblemente el cambio más destacable sea el de Jonas Kahnwald (Luis Hofmann). Este personaje lucha contra sus miedos ocasionados por el suicidio del padre, escena trágica en su vida que da inicio a la acción. A raíz de eso y en consecuencia de la desaparición de Mikkel su mundo de desmorona por completo y se embarca en un viaje temporal que pareciera no tener fin. Su viaje al pasado y al futuro es marcado por algunos guías “temporales” que le van dando pistas de lo que podría hacer, nunca son concretos y tampoco definen cuáles son sus objetivos. Esos viajes en el tiempo de Jonas, como los del resto de los personajes, son marcados maravillosamente por la imagen y el sonido de un reloj.
Los guías que con los que se topa el joven Jonas son: el Jonas del futuro y Noah (Mark Waschke), quién es el títere de Adán (Dietrich Hollinderbaumer) y Claudia Tiedermann (Lisa Kreuzer). Estos personajes son una incógnita, no queda claro cuál es el bueno y cuál es el malo, por llamarlos de algún modo. Estos viajeros del tiempo son personajes siniestros, vinculados a la secta Sic Mundus Creatus Est, y buscan controlar el tiempo, y así, cambiar sus destinos sin importarles lo que pase a su alrededor.
La gran pregunta de ¿cuándo es el día en que todo comienza? Será revelada, o quizás no, en el tercer ciclo que en pocas horas podremos disfrutar a través de Netflix.