Un drama local inspirado en Tío Vania de Antón Chejov

Un fracking poético que extrae teatralidad de la escena nacional.

 Se trata de una adaptación de Francisco Lumerman del texto ruso a un paisaje autóctono. Para los que conocen la pieza podrán disfrutar de los exquisitos juegos de adaptación: anagramas en los nombres, relaciones, climas, etc. para los que no accederán a una historia que respira por sí sola con un corazón teatral que late drama a un ritmo intenso.

 Luego de la muerte de su madre, Sonia administra junto a su tío Ivan un hostel en Carmen de Patagones, generando una renta a Alejandro, padre de Sonia. En el hostel hay un único huésped: Pablo, un médico a punto de abandonar su profesión luego de la muerte de un paciente, se encuentra más abocado a cuestiones de cuidado de medioambiente. Alejandro junto a su joven y bella mujer, Elena, llegan para hacer un pedido que alterará la vida de Sonia y del tío Iván, para siempre.

 Hay una pregunta que abre la obra como una herida que no cierra en toda la puesta y que va desangrando cada vez más hasta el final: ¿Qué es el talento? En una suerte de crítica al arte en particular y a la vida en general, Alejandro, desploma esta pregunta sobre el frágil entusiasmo de su hija que comenzó a interesarse por la música y que todavía canta repertorios ajenos.

 Estos personajes viven en un mundo donde el deseo no puede hallarse ni extrayéndolocon fracking. Partidos y secos,ellos mismos van agotando sus recursos naturales y están contaminados como ese medioambiente exterior. Van deteriorándose, frustrados, carcomidos por lo inútil que los va pudriendo por dentro. Son personajes que duran como un eco cotidiano de lo que alguna vez fue un sonido original de la propia voz. En medio de esta masificación donde no hay deseos, donde no hay individuos, el amor parece no poder habitar. Pero ¿qué es el amor? ¿Para quién ama uno? Estos personajes parecen incapaces de sentir, inmersos en el hastío, entre amores no correspondidos se conforma el conflicto en una atmosfera por demás chejoviana, donde aparentemente, solo aparentemente, nada pasa es que todo está contenido en un mundo subterráneo, a medida que avanza la trama sabemos que no es posible extraer ya nada más de ellos. El tío Ivan parece fracturarse por la tensión para estimular la salida del deseo pero es contenido por ese medioambiente que lo devuelve a su hábitat. Sonia al parecer, es la única que puede escribir su propia canción, y la única, que a pesar del dolor, puede abrazar a su tío Iván en medio de su desolación.

 La dirección también de Lumerman tiene ritmo, va pasando por los climas profundos, con un aire de humor que ingresa para darnos una bocanada de oxígeno la iluminación es del gran Ricardo Sica.

 Párrafo aparte para este elenco conformado por:

Manuela Amosa, (Elena) Rosario Varela (Sonia), José Escobar (Tío Ivan) Diego Faturos(Pablo) Jorge Fernández Román(Alejandro) Un elenco que funciona en una sincronía técnica y poética que mantiene la atención del espectador continuamente. Cada uno con su mundo interior bien confeccionado, íntimos, rotos, frágiles, heridos.

 El amor es un bien es un clásico que Lumerman masticó hasta darle un sabor bien nuestro, logrando crear a partir de Chejov, su propio repertorio, su propia canción, para hacer escuchar su propia voz, nueva, auténtica y sin duda con talento.


Ficha técnico

Elenco: Manuela AMosa, José Escobar, Jorge Fernández Román, Rosario Varela, Diego Faturos. / Iluminación: Ricardo Sica. / Diseño de Espacio: Gonzalo Córdoba Estevez./ Asistencia de Dirección: Ignacio García. / Producción Ejecutiva: Zoilo Garcés. / Prensa: Carolina Alfonso. / Dramaturgia y Dirección: Francisco Lumerman

Camarín de las Musas (Mario Bravo 960. CABA). Funciones: viernes, sábados: 22 30Hs, domingos: 20 hs.